A los afectos que perduran... Ellos mueven el mundo.

domingo, 16 de enero de 2011

"Lo que hacemos por nosotros mismos muere con nosotros. Lo que hacemos por los demás y por el mundo permanece para siempre".
Sin embargo raramente me pregunto ¿Qué me gustaría que recordara la gente de mí cuando haya muerto? ¿O qué quiero dejar en el mundo aunque ya nadie me recuerde?

domingo, 9 de enero de 2011

Sentimientos, los grandes "avisadores" de la vida (II)

Los sentimientos son los grandes "avisadores" de la vida, me muestran de una manera ineludible lo que necesito, aquello que echo en falta o aquello que me sobra. Al escuchar mis emociones y sentimientos me veo en mi realidad más profunda.
Los sentimientos revelan lo que es importante y significativo para mí y lo que no lo es.
A veces no descubro lo que de verdad quiero porque salgo demasiado rápido de cualquier emoción o sentimiento desagradable. A veces desarreglo y bloqueo el proceso que me lleva a la acción (emociones y sentimientos que me muestran lo que me interesa, aquello con lo que estoy involucad@, aquello que necesito para después hacer algo, pasar a la acción y  satisfacer la necesidad, crecer, progresar, desarrollarme)
¿Cómo bloqueo el proceso?
*Con falsas creencias que hemos heredado de otros y aceptado sin reflexionar y sin poner a prueba.
*Permitiendo que experiencias pasadas y ya obsoletas sigan actuando. Quizás algunas estrategias nos fueran útiles en el pasado, quizás entonces fueran adecuadas pero ya no lo son.
*Permitiendo que queden sin cerrar asuntos pasados e inconclusos. Guardar asuntos pasados eternamente pendientes, necesidades insatisfechas en su momento que ya no pueden satisfacerse porque la persona de la que se trata ya no está o no es como era.
En definitiva con ideas, creencias, fantasías y recuerdos que no nos dejan vivir con fluidez, con verdad. Entonces rechazamos lo que "es" ahora, ponemos en marcha mecanismos de defensa ante lo que nos evoca el pasado y nos desviamos de nuestro verdadero sentir de hoy. 
Surgen sentimientos falsos, necesidades falsas, acciones erróneas, que nos apaciguan momentáneamente pero no nos satisfacen de verdad. Y así convertimos el afecto en dependencia, el miedo en pánico y terror, el enojo en cólera y furia, la tristeza en desolación y depresión y la alegría en manía eufórica.
Son también sentimientos falsos y disfuncionales que nos avisan de que en algún momento el proceso natural se ha torcido: la rabia, la culpa, los celos, la impotencia, la vergüenza, la apatía, la lástima, el rechazo, el resentimiento, el desprecio, la envidia, la fragilidad, el hastío, la humillación, la incapacidad, la inseguridad, la resignación, la sumisión, la dominación, la venganza, etc. Son además, sentimientos devaluantes y minimizantes.
Cualquier sentimiento y emoción que va contra la propia estima o que tiene como objetivo el daño ajeno, no es sano, es falso y lleva a la infelicidad no al desarrollo ni a las satisfacción de mis verdaderas necesidades.


Del curso "Sentimientos y emociones en las relaciones de ayuda"
Myriam Muñoz Polit

martes, 4 de enero de 2011

"Sentimientos y emociones me muestran lo que necesito"(I)

Llevo en mi interior un impulso instintivo de supervivencia física y un impulso hacia la vivencia psicológica y espiritual. Esos impulsos se manifiestan a través de las sensaciones, de las emociones y de los sentimientos.
Es cierto que yo puedo vivir de espaldas a ellos, creer en mi omnipotencia y pretender que no tengo o no siento  miedo, enfado, tristeza,  afecto o lo que sea, incluso que no siento hambre, frío o dolor.Tengo en mí el poder de movilizar fuerzas que anestesien lo que siento. Puedo negar, reprimir o insensibilizarme, pero ese poder es siempre temporal y limitado, es siempre una condición transitoria. Lo que siento me lleva, (si no "bloqueo" el proceso natural) hacia la vida y, más temprano que tarde, vuelve si cabe con más fuerza. Si me empeño en negar y reprimir, si sigo insensibilizada ante mis emociones me convierto en una persona rota, en un conglomerado de fuerzas dispares. Actriz en la vida real y por tanto falsa; con mi parte más auténtica amordazada. Y si tengo que fingir ser lo que no soy es que estoy profundamente avergonzada de lo que soy y de lo que siento.Y vivo (o quizás muero) con una "lista negra" de emociones y sentimientos que "no me permito sentir" quizás porque en algún momento alguien que me importaba los juzgó como inadecuados. Pero cuando me quedo a solas o el "ruido exterior" cesa, mi parte escondida a los ojos de mi consciencia y del mundo me grita a través de mi insatisfacción que sigue ahí y que se la está ignorando...
Cuando niego necesidades y carencias, cuando vuelvo la espalda a mis sentimientos sólo consigo estar inconscientemente insatisfech@ y verme como una persona inadecuada y sin valor.
Me engaño sólo a ratos y a los demás en menos ocasiones de las que imagino. Todos poseemos en nuestro interior una facultad capaz de diferenciar lo genuino de lo falso, y no se trata de una facultad que trabaja sólo con los sentidos sino de otra que penetra por detrás de las palabras hasta el ser interior y es capaz de diferenciar entre una presencia unificada y otra que es un conglomerado. Realmente poseemos una facultad de rayos X. El problema es que es fácil nublarla. Pero hay un conocimiento interior de que existe la posibilidad de estar constituido y de vivir de una forma diferente.
Sentir es una reacción hacia algo que me interesa. Los sentimientos me dan una excelente información de lo que es importante para mí, de aquello que necesito saber y aceptar. Sentir es estar involucrada con algo que me importa porque hay alguna necesidad no cubierta.Ignorarlo no me sirve sino para alargar el proceso.
Escuchar lo que nos dicen es por tanto vital.
La emoción es la reacción fisiológica y psicológica más primitiva sin elaboración, sin parte cognitiva.
El sentimiento es el significado que le doy a la emoción y es creado culturalmente por los seres humanos. La emoción es el diamante en bruto. El sentimiento es la emoción elaborada con pensamientos, el diamante tallado.
Cuanto más desarrollada una cultura o una persona, más fino hila, más palabras y conceptos tiene para nombrar y describir una experiencia y poder, de este modo, compartirla con otras personas: *Aburrimiento *Aceptación     *Amor  *Alegría  *Atracción  *Bondad  *Compasión  *Confianza  *Confusión  *Curiosidad  *Desencanto  *Empatía  *Enfado  *Entusiasmo  *Esperanza  *Fortaleza  *Frustración  *Interés  *Libertad  *Miedo  *Nostalgia  * Optimismo  *Paciencia  *Pesadumbre  *Preocupación  *Pudor  *Reserva  *Respeto  *Seguridad  *Serenidad  *Simpatía  *Soledad  *Tentación  *Ternura  *Tristeza  *Valentía  *Vulnerabilidad... Todos ellos y muchos más promueven mi desarrollo si los escucho, los entiendo y actúo en consecuencia. Aunque los básicos son: El miedo, la tristeza, el enfado, el afecto y la alegría.El miedo, que me ayuda a protegerme de lo dañino y a no ser excesivamente osad@; la tristeza que me permite alejarme del mundo que me desilusiona y regresar a mí; el enfado, que me impulsa a establecer  justos límites y me ayuda a defenderme ante los abusos y los requerimientos injustos o desproporcionados de otras personas. El afecto que me permite a vincularme y crear relaciones estables. La alegría, que es la energía de la vida, aquella que me da las ganas de hacer cosas, de trabajar, de crear, de reír y bromear, de vivir.
Estoy en el mundo. Vivir es estar en relación continua y me surgen necesidades (fisiológicas, psicológicas, de transcendencia). La primera forma en que una necesidad se expresa en mí es con una sensación  (*Ansiedad   *Agotamiento   *Cansancio   *Alivio   *Debilidad   *Fuerza   *Asaco   *Placer   *Dolor   *Irritabilidad   *Satisfacción   *Insatisfacción...) que se convierte en emoción, que bautizo  y se convierte en sentimiento que me pone en contacto con mis necesidades. Y me hace ver lo que quiero y pasar a la acción cuando el proceso no está bloqueado. Sólo si tengo consciencia de lo que siento podré satisfacer mis necesidades auténticas. Sin embargo el ideal de nuestro mundo actual parece ser no sentir nada mucho más allá del placer y no actuar si no es tras él y al parecer much@s "casi" lo logran... Y mentimos sin pudor al decir: "No estoy triste", "No estoy enfadado"... Tenemos la maldita tendencia a evitar lo desagradable en vez de a "explorar" de qué nos habla. Sentir  necesidad es desagradable porque hay una sensación de desequilibrio y de carencia.  Pero ese es el motor que me mueve y me empuja a salir y a cambiar continuamente. A evolucionar. A vivir plenamente.

Del curso "Sentimientos y emociones en las relaciones de ayuda" impartido en Granada (Centro De Fábula) por Myriam Muñoz Polit del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt A. C de México.